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29 Nov 2021

La FGUMA viaja por la historia del vino de Málaga

La profesora María Luisa Gómez anima a recuperar históricos lagares y tinajeros como patrimonio vivo en la provincia

Un grupo de 25 personas ha conocido la historia y el proceso de elaboración del vino de Málaga y sus Montes con el río Guadalmedina como principal canal de distribución de frutos secos, tales como almendras, higos y pasas fundamentalmente. En la charla «El vino que hizo una ciudad. Málaga, sus Montes y el Guadalmedina», organizada por la Fundación General de la Universidad de Málaga (FGUMA) a través de su espacio Patrimonio VIVO MÁLAGA, la profesora María Luisa Gómez Moreno ha aportado datos y material  gráfico que hacen evidente el deterioro por el que está pasando gran parte de los lagares en la provincia y ha animado a las personas asistentes a que recuperen el legado local de la zona. “Se está perdiendo el vino autóctono de Málaga; de hecho echamos en falta bodegas en la ciudad que lo promocionen en la forma en que se merece. También encontramos muchos tinajeros enormes que están abandonados, lugares donde había mucho ‘trajín’, es decir, mucho trabajo, y ‘trasiego’ o intercambio del vino de un lugar a otro”, según la profesora.

En el acto de presentación, la coordinadora académica de Cultura de la FGUMA, Luisa María del Águila, ha incidido también en la recuperación del patrimonio malagueño, destacando la labor investigadora de la profesora Gómez Moreno y su contribución a fomentar el espíritu emprendedor de las personas que defienden lo que a nuestros antepasados tanto esfuerzo les costó. Gómez Moreno ha agradecido a la Fundación General de la UMA, ha incidido en el trabajo que está haciendo con este tipo de iniciativas de apoyo al patrimonio y ha remarcado una mayor protección al campo y al patrimonio inmerso en este. “Estamos en un momento donde se favorece el cultivo de subtropicales y no se piensa en absoluto en la restauración de los lagares, de casas antiguas que están derruidas por completo, de parcelas donde a sus compradores no se les permite cultivar”, ha informado Gómez.

La especialista ha recorrido las principales etapas de la historia de Málaga con la vid como protagonista donde genoveses y comerciantes del norte de Europa, por citar entre los personajes más destacados, negociaban con los productos locales llevándose el mayor porcentaje de los ingresos en detrimento de los campesinos minifundistas. Para ello, Gómez hizo una cartografía de la ciudad mediante ejemplos gráficos desde finales del siglo XVI a mediados del XVIII, donde el río influyó en el transporte de los productos procedentes de los aledaños a la ciudad. “La actual Alameda era un reflejo de la estructura social formada por la oligarquía urbana, formada por los bodegueros y el concejo, quienes tomaban las decisiones mediante el proceso de economía de trata y, en el extremo opuesto, se encontraban los campesinos de los montes, difundiendo la microparcelación dispersa, pero con dependencia de los bodegueros, pues estos son los que se quedaban las mayores ganancias”, ha recordado Gómez.

Bajo el interrogante del “por qué hemos perdido y estamos perdiendo la materialización de 500 años de nuestra identidad”, la profesora ha comparado algunos casos, como por ejemplo, entre los frescos domésticos en los ingenios cubanos y nuestros lagares, por ejemplo, el de Jotrón. Unido a esto, ha comunicado que el actual barrio malagueño del Soho debería llamarse como ‘Barrio de la Vendeja’, pues era el lugar, coincidente con la desembocadura del río, donde miles de personas trabajaban con las labores de la pasa, donde los famosos costaleros transportaban los productos secos -pasas moscatel, higos secos- junto con otros como aguardientes o cítricos entre finales del siglo XVIII y principios del XX. De hecho, Málaga llegó a contar con el segundo puerto comercial más importante del país en el siglo XIX gracias al campo malagueño. “Una prueba de ello son las etiquetas de las cajas de pasas, de vinos, donde se reflejaba el glamur y el goce de España”, según Gómez.

Las personas participantes en el evento también han conocido parte de la muralla subterránea y, a través de un recorrido por el centro histórico por la ciudad, han finalizado con una degustación de vino en La Casa de Guardia.